miércoles, 22 de octubre de 2014

Imaginación






-Mamá, ya van a ser las cinco.
-Todavía faltan mas de viente minutos.
-Mejor dame ya para ir a ver la televisión donde la vecina. No vaya a ser que se pase el programa.

Partí a la carrera y me ubiqué frente a la pantalla. Doña María era la única que en el barrio tenía televisor. Lo había logrado comprar a golpe de las puntadas que día a día le daba a su máquina Singer con la que confeccionaba faldas y camisas las que vendía a los vecinos. Doña María me dio un vasito de chicha la que bebí de a poquitos para que me durara hasta que sea la hora de comienzo del programa. Más niños llegaban y la emoción crecía. A las cinco se encendió el televisor. Allí estaba ya la cancioncita que anunciaba el programa: Cuentos con títeres. En la sala se escuchó: ¡yeee!

Que bonitos los muñecos. Eran de madera y cuerpo redondeado. Movían su cabecita y agitaban sus brazitos. Corrían por el campo y trepaban las montañas. Ese día la historia iba de un valiente que partía a tierras lejanas buscando una pócima que salvara la vida de la princesa. Cruzaba el valiente un río de aguas torrentosas y atravesaba un desierto. Fuerte viento en los caminos: fiuuuuuu. El avanzaba ya que debía apurarse, sino la princesa podía morirse.

Que valiente el valiente. No tenía miedo ante nada. Consiguió la pócima que estaba en un vaso de oro dentro de una cueva cuya entrada era guardada por un dragón que echaba mucho fuego.

Terminado el programa regresaba a casa. Que feliz era yo, volviendo a mirar la historia en mi imaginación.

Ya de mayor, he asistido a muchas funciones de títeres. He visto muñecos de guante, de boca prestada, de los que el titiritero se pone sobre la cabeza. Títeres de hilo, y también los de sombra que son los que yo se hacer. He visto títeres planos y gigantes como los muñecones. He disfrutado los hechos en papel maché, los confeccionados en goma espuma y los elaborados en tela, pero nunca logré toparme con unos similares a los del programa de: títeres y cuentos.

Hoy es un sábado de abril. Han pasado mas de cuarenta años, y no se porque en este sábado con especial intensidad recuerdo ese programa de televisión. Sí hoy, que es el día de mi cumpleaños. He recibido llamadas y gratos textos en mi cuenta de mail. También he recibido mensajes a mi face, los cuales leo y releo mientras estoy sentado, en casa, escuchando radio. Tocan la puerta, Mingo se agita y ladra. Me acerco a la ventana. Es mi amigo el colombiano Granito. Hágole pasar y el que me entrega un regalo. Le abro, y era un muñeco, igualito como a los que yo veía en ese programa de televisión.

Carlos Torres

Soy Narrador. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864, o escribir a: ctorres1000@yahoo.es

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