jueves, 26 de junio de 2014

Blanco y negro







Conversaba con unos amigos sobre los televisores con antena tipo conejo y de los televisores a tubo. Esos que cuando se encendían, había que esperar a que "calienten" como jugador de recambio en el futbol. Después de haber calentado, pues el televisor emitía imágenes.

A veces el televisor solo emitía una pantalla lluviosa y ruido. Uno daba un buen palmazo sobre la parte superior del aparato y como por magia, pues se arreglaba. Yo no estoy de acuerdo con eso de que la letra con sangre entra, pero tratándose de televisores, pues la imagen, a golpes se lograba.

En Blanco y Negro vi los goles de "Cahchito" Ramírez en la Bombonera, goles que nos dieron el pase a Mexico 70. En Blanco Y Negro vi cuando el hombre llegaba a la luna. En Blanco y Negro vi una pelea del boxeador Mauro Mina, nuestra mejor gloria en la categoría de pesos pesados.

También de niño recuerdo a una señora que era costurera y que a puros cortes de tijera y puntadas de hilo había logrado comprar un televisor. Por ese tiempo los aparatos de tv eran escazos en Lima. Ella la costurera, la que cortaba los "chachás nuevos", en la sala de su casa había dispuesto unas sillas y unas gradas hechas con tablones. Cobraba entrada y uno podía ver series y programas de vaqueros donde siempre salía bien librado ” El Jovencito” ya que era el bueno, y la bondad siempre triunfa. De esas épocas tengo en la memoria las series de Bat Masterson y de Jani Yuma el Rebelde. Yo veía televisión, mientras la señora batía sus pies en un sube y baja sobre el pedal de su máquina Singer. Eran otros tiempos, no mejores ni peores, sino diferentes.
 
(FIN)




Soy Narrador. Para contactarme escribir a: ctorres1000@yahoo.es

Celular: 996583864

sábado, 21 de junio de 2014

San Camilo






Yo era un niño juguero, es decir vendía jugo de naranja que preparaba al instante en una carretilla ambulante. Una mañana de domingo después de las 9, me pasó que no llegaban más clientes, así que me alisté, encargué mi carretilla y partí para San Camilo a escuchar la misa de las 10.

La mayoría de los asistentes eran niños como yo. Era la hora del catecismo dominical. Acabada la misa, el padre dijo:"se ha detectado que algunos niños se marchan y no escuchan la clase de catecismo". Entonces en previsión de los tránsfugas cerraron las puertas.

Me dirigí a la salida y no pude pasar. A quien cuidaba le hice saber que yo no pertenecía al catecismo. Se acercó una coordinadora de catequistas, y le conté que yo vendía jugo de naranja, que escogía la fruta y con un cuchillo bien limpio la partía para ponerla en el exprimidor y sacarle el jugo. Agregué que mi carretilla estaba en la calle Santo Tomás a la espalda del Congreso. Ella, me miró, sonrió, abrió la puerta y me dijo: el otro domingo también tienes que venir a misa. No faltes.

Hoy después de muchos años me recuerdo de esto. Es que me puse a pensar que los parques que están en el frente y a la espalda del Congreso eran de acceso libre. Yo iba allí con mis amigos y jugábamos a carrera de gusanitos. Los sacábamos de los árboles y los poníamos sobre el filo de la vereda. Hoy ya no puede ingresarse. No solo se han cerrado los parques, también las calles. El Congreso se rodea de Congreso por sus cuatro costados. Que afán de mantenerse alejados de la ciudadanía a quien paradójicamente pretenden representar.
 
(FIN)

jueves, 12 de junio de 2014

El mundial


Eran las cerca de las 2 de la tarde. Perú iba por su primera victoria en el mundial España 82. Tenía que ser así, si le habíamos ganado a Francia nada menos que en el Parque de los Príncipes. Sí a la Francia de Michel Platiní. Nosotros mínimo estábamos para el grupo de los cuatro grandes. El equipo tenía a Uribe el "Diamante Negro", Rubén "Panadero" Diaz, César Cueto el "Poeta de la Zurda" y a Teófilo "El Nene" Cubillas, autor del gol de 'Hoja Seca' frente a Brasil en la Copa América.

Yo hacía prácticas en una fábrica de baterías. A la hora del almuerzo llegué al restaurante de la tía "La Peligrosa". Ella estaba sentada en una banca alta cual si fuera su atalaya de vigía. El televisor un Quintrix a color de 27 pulgadas, mostraba ya las imágenes. La tía vigilaba quien entraba y que iba a consumir, es que tampoco se iban a ganar con un partido consumiendo solo menú o una gaseosa.

Con unos compañeros me senté en una mesa. No tenía dinero y pedí: Arroz a la cubana. La tía escuchó y lanzó un grito: "Tiene que agregarle un bisteck montado si quiere ver el partido". No tuve opción. Me prestaron un sencillo y accedí al consumo mínimo.

Comenzó el partido. Los comensales entre risas veían los primeros toques, total Camerún era pan comido. Cuando en eso Roger Milla tocó el balón y su potente zurdazo casi fue gol. El bisteck lo sentí duro. La sal no salaba y Camerún avanzaba. Mi compañero coge con la mano la pierna de pollo de su pollada, se la lleva a la boca, en eso la mano se queda inmóvil. El bocado no ingresa, gooool de Camerún. Silencio en el restaurante. Gol anulado. Todos: ufffff.

Perú no daba una. El partido fue de Camerún. El entusiasmo decayó. Los comentaristas comentaban y la comida se enfriaba. La gente se fue retirando. La Peligrosa con estupor veía que sus clientes se marchaban. Eso no estaba en su cálculos, ¿quien iba a comerse las cincuenta raciones de pollada y el ollón de carapulcra?.

En eso el Abel tuvo una genial idea. Sí Abel, el hijo mayor de La Peligrosa, el bueno para nada, el que se levanta a las 11 de la mañana. Abel saca un jonca de cerveza y pone una botella por mesa. Jugada genial, los comensales regresan. Todos brindan. No interesa el partido.

El score final fue: Camerún 0 - Perú 0, pero en realidad los africanos merecían ganar. El score de Abel fue: 15 cajas de cerveza vendidas además de todas las polladas y el ollón de carapulcra. Camerún fue la revelación de España 82 y Abel la revelación del restaurante de La Peligrosa.

FIN




miércoles, 11 de junio de 2014

La combi


Voy en una combi por la avenida Universitaria. El cobrador saca la cara por la ventana y el aire le golpea la cara. Va anunciando la ruta. Para el vehículo, “arrebata el cliente" a la combi colega y acelera. El cobrador sigue declamando su recorrido. Lo miro y me doy cuenta que le faltaba un brazo. Con el brazo muñón sostiene un letrero: Todo Universitaria. Con el otro brazo abre la puerta para que suban los pasajeros y cobra el boletaje... ¿cómo la hacía?, pues con coraje. El está jugándole al sistema con las reglas que este le impone y no se hace el rendido. Al final del día, una familia recibirá el fruto de su esfuerzo. Al día siguiente, vuelta al subir y bajar.

Bajé del vehículo y mientras caminaba me repetía:  Si la desesperanza me copa, pues me quedo inmóvil y allí me sentiría un perdedor. El cobrador con su valentía, me dio una gran lección.
                    FIN





martes, 10 de junio de 2014

Sesenta


Estaba en la tienda de una librera amiga en el Jirón Camaná. Nos poníamos de acuerdo sobre el precio de un viejo texto que ella tenía sobre Victor Von Hagen, una verdadera joya de libro. En eso, entra a la carrera una colega y entre las dos se da el siguiente diálogo:

-¿Tienes: Mierda llegué a los 50?
-No. Pero tengo: Puta, llegué a los sesenta.

La preguntadora quedó inmóvil por la respuesta, y luego tal como vino partió a la carrera.

Yo me reia y me preguntaba si en realidad existiría el libro sobre la sesentona de años, o fue la chispeante salida para no quedarse sin respuesta.

(FIN)


martes, 3 de junio de 2014

Sincronía

Sincronía, es una palabra que de acuerdo al DRAE, tiene la siguiente definición: 
"Coincidencia de hechos o fenómenos en el tiempo.
De acuerdo a la definición, la palabra, tendría como sinónimos:

-Coincidencia.  
-Concordancia. 
-Simultaneidad.

Texto que aparece en la página anterior a la 1, 
del libro: El Asirio.  Autor: Nicholas Guild. 
Editorial Planeta de Bolsillo.


Pues resulta que ayer tuve una experiencia de sincronía:  


Conversaba con mi amigo Guillermo, sobre el ensamblaje de un cargador de baterías, de tipo electrónico, con la característica de operación en Corriente Constante. Mi amigo me consultó acerca de la respuesta en voltaje por parte de la batería a cargar. Resulta que en la explicación, terminamos hablando sobre los voltajes individuales tanto de las placas positivas como de las negativas.

Yo le explicaba a Guillermo, que lo usual es medir el voltaje de una celda, poniendo la punta positiva del voltímetro en la placa positiva y la punta negativa en la placa negativa. Pero si se quería medir el voltaje de cada placa individual, pues primero debería establecerse una referencia al que dábamos el valor de CERO VOLTAJE. Ese punto referencia, es dado. al electrolito. Entonces se mide el voltaje de cada placa, respecto del electrolito.

Lo usual para realizar la medición con precisión, es emplear un electrodo de metal que inmerso en el electrolito provea el potencial cero. Es decir, no se sumerge la puna negativa de un voltímetro directamente al líquido de la batería, sino que se emplea un pequeño electrodo metálico de unas 4 pulgadas de largo, de forma cilíndrica, y de 1/4 de pulgada de diámetro. La práctica indica, que el electrodo más aparente para este trabajo, debe ser de cadmio.

Los baterilleros, a lo anterior le llaman: La Prueba del Cadmio.

Me despedí de Guillermo y salí a la calle a realizar unas gestiones. Recibo entonces una llamada de celular, de alguien que no tiene relación con mi amigo. El llamador, me plantea la siguiente pregunta: 


"¿Dónde puedo conseguir una barra de Cadmio, para usarlo como test de lecturas de voltaje?" 

La Prueba del Cadmio, es un método no muy conocido. Además, es una opción de test, que creo va cayendo en desuso.


Pues a esa consulta, es lo que yo llamo coincidencia o sincronía. En un mismo día la palabra cadmio, entra en mi diálogo cotidiano por dos veces, y hoy me encuentro escribiendo sobre ello. Esta casi simultaneidad de la aparición del cadmio, forma parte de los retuertos que la vida siempre nos hace experimentar.   

Hay por ejemplo, muchas historias de amor, que empezaron con una coincidencia. Un hecho, solo debido al azar, originó que dos se contactaran. A veces ocurre que personas no conocidas entre sí, lleguen a una reunión, vestidas con una misma prenda y eso, es una coincidencia. 

Saludos

lunes, 2 de junio de 2014

Gato de Schrödinger


Hoy 2 de junio es un día especial para mí. Hoy narré historias, y hoy también comprendí la experiencia de Schrodinger. Si ese experimento que no nos explicaban muy bien ni en el colegio, ni en la universidad.


El gato dentro de su caja puede estar vivo y muerto. No se sabe. Ambas cosas pueden suceder. Es decir ambas cosas son verdad. Ese es el comportamiento en la Mecánica Cuántica. Un mismo objeto puede estar en dos estados al mismo tiempo. O sea: vivo, y muerto. En un lugar o en otro. Esa paradoja de nuestro mundo, no es paradoja en el mundo cuántico.


En el mundo cuántico cuando interviene el observador, se acaba la "paradoja" para el mundo "real". El OBSERVADOR altera la realidad cuántica. El observador, abrirá la caja y verá si el gato vive o ya murió.


Hoy entendí la trascendencia del experimento, y la genialidad de Schrodinger... ¿y me sirve de algo aprender esto?


Una hoja cae de un árbol, y es agitada por el viento antes de llegar al piso... ¿me sirve de algo esto?


Hoy estoy contento. Hoy aprendí algo nuevo. Hace mucho tiempo me alegré cuando aprendí a hacer garabatos sobre una hoja de papel en mi escuelita de infancia... hoy aprendí de gatos, así de retruécano es a veces nuestro vivir.


(FIN)