lunes, 26 de enero de 2015

Jorge Acuña Paredes


El maestro Jorge Acuña Paredes, el pionero del Teatro en plaza pública nos deleitará con la fortaleza de su arte escénico. El espectáculo es para todo público.

También habrá participación de Cuentacuentos: Maritta Carrión, Ricardo Pflucker y Carlos Torres.

Ingreso Libre. Se pasará sombrero.

¿Dónde?

Sala de Lectura Mario Vargas LLosa de la Cámara Popular de Libreros de Amazonas. Esquina de los jirones Amazonas y Andahuaylas, junto al Puente Balta, a una cuadra de la avenida Abancay.

¿Cuando?

Sábado 31 de enero de este 2015 a las 11 y 30 de la mañana.

Gestor cultural: Carlos Torres Fernández








"Al comienzo cuando salí a la plaza pensé que la calle era el final de todo. No, ahora después de cincuenta años entiendo que la calle es el comienzo de todo. Yo creo que allí se debatirán los problemas que no se pudieron esclarecer en las aulas universitarias y en los salones doctorales."

                                                      Jorge Acuña Paredes

miércoles, 21 de enero de 2015

martes, 20 de enero de 2015

De las aguas de Churín


En el antiguo Perú, allá por las épocas en que dioses y diosas inferiores al dios Inti y a la diosa Quilla se paseaban por las tierras del que sería un gran Imperio, ya existía la diosa Ritti que significa "nieve".

La nieve no cae ni en la costa ni en la selva, sino en la sierra, cuando baja la temperatura, pero goza de gran simpatía entre los pobladores, pues hace que los niños jueguen con ella tirando sus copos o formando siluetas tan variadas como graciosas.

Lo malo de la nieve es que cuando sale el sol... desaparece lentamente, dejando tan solo una pequeña humedad. La nieve es delicada y casi tibia entre las manos que la reciben con cariño. El hielo del granizo, en cambio, cae con ruido y tarda más en transformarse en agua porque es más pesado y macizo que la nieve. De delicado el granizo no tiene nada porque cuando cae sobre las cabezas hace decir: "¡Alalau!".

Pues bien, se cuenta que una noche había nevado mucho y que, observando esto, los niños de tres pueblos aledaños se reunieron en las tierras de la meseta de Oyón para jugar con la nieve. La algarabía de los pequeños era desbordante, ¡se les veía tan felices! Sí, tan felices que complacida con lo que estaba logrando, la diosa Ritti pidió a la diosa Quilla que el permitiera hablar a través de la distancia con el gran Inti.

-Déjame jugar con ellos por más tiempo, Señor. Llena el valle de nubes para que tus poderosos rayos no me destruyan y los niños puedan seguir jugando- le suplicó. Pero Inti le hizo ver.

-Tú eres de agua y tienes la suerte de ser múltiple para tus obras de bien. Como agua puedes calmar la sed y refrescar los cuerpos de los hombres y animales; hacer germinar todas las plantas del mundo y darles alimento. Igualmente, como nieve; puedes cubrir los bosques y campos con tu bella blancura. ¿Me pides que cambie mis reglas porque quieres beneficiar a un grupo de niños?

-Es que en el fondo soy agua y tan noble como tú- dijo Ritti.

-Lo hecho, hecho está, pero para satisfacer tu espíritu bondadoso -sentenció el gran Inti- haré que emerjas muy caliente en algunos lugares que tu elijas. Tus aguas tendrán la virtud de curar enfermedades y tus chorros y pozas serán visitados por gente que verá que tú, como agua y en cualquier estado, realizas múltiples obras de bien. Sabes bien que sin ti no hubiera vida en la tierra ¿verdad?






La nieve agradeció la nueva calidad que estaba recibiendo, pero tuvo que escuchar la voz enérgica del poderoso Dios.

-No me pidas otra vez que cambie nada de lo que está hecho. Tus niños gozarán ahora con tus formas y tu blancura y gozarán también cuando brotes de la tierra con agua tan caliente como para endurecer un huevo.

Y los rayos del sol iluminaron y calentaron la nieve del valle de Oyón, como tenía que ser abandonando los niños el lugar con la tristeza de Ritti. Más cumpliéndose el nuevo designio en un pueblo llamado Chiuchín, el más alto de los pueblos de Oyón, de entre rocas salió un gran chorro de agua muy caliente que los pobladores admirados empozaron después.

El humeante líquido se filtró al poco tiempo por las entrañas de la tierra y bajó al pueblo de Churín, brotando en él manantiales de variados componentes que curan diversas enfermedades. Los habitantes de hoy los llaman "Baños de Juventud", "Baños de Fierro", "Poza de los Novios", "Baños de la Meseta" y otros. 

Las pozas de Churín reciben a turistas extranjeros y nacionales todos los meses del año: Su cielo diurno es de un azul intenso y el nocturno se aprecia con millares de grandes estrellas que parecen estar al alcance de la mano. Sus aguas son calientes, pero no tanto como las de Chiuchín, donde si se pueden endurecer huevos y hacer decir "¡Alalau!" a los que empiezan a bañarse.


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Fuente Oral: Señor Ferreyra narrado a Jorge Castillo Subiaga en 1957, Churín, Lima.
Escolar: Sofía Susana Castillo Subiaga, Lima
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Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento.


Soy Narrador y Cuentacuentos. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864, o escribir a: ctorres1000@yahoo.es

lunes, 19 de enero de 2015

¿Quién es el perdedor?


Si la desesperanza me copa, pues seré un perdedor.

Viajo en bus púbico, en unas camionetas rurales que aquí en Lima llamamos: Combi. Esta palabra ha hecho escuela entre nosotros. Se habla de cultura combi, que es la que actúa como transgresora y sin ley, porque la calle es dura y tienes que continuar.

Estaba en una combi. Esta tenía su cobrador, que a la vez es llamador de pasajeros. Saca la cara por la ventana y el aire le golpea el rostro. Tiene que anunciar su ruta y “arrebatar” el cliente a la combi colega. Pero a este cobrador, le faltaba un brazo. Con el brazo muñón, sostenía un letrero que anunciaba su recorrido. Además abría la puerta para la suba y baja de pasajeros, y cobrar el boletaje… ¿cómo la hacía?, pues con coraje. El no es un perdedor, está jugándole al sistema, con las reglas que este le impone y no se hace el rendido. Al final del día, una familia recibirá el fruto de su esfuerzo, y al día siguiente, vuelta al subir y bajar.

Si la desesperanza me copa, pues me quedo inmóvil y allí soy perdedor.

Iba por una zona no muy segura, llevando unas baterías que debía entregar. De pronto me asaltan. Me rebuscan los bolsillos. No hay mucho. Me sacan el celular y los facinerosos de pena me lo devuelven. Claro es un modelo muy antiguo, sin conexión a Internet, y que me sirve para lo que requiero: hacer y recibir llamadas. Me quedé sin plata. Por allí una señorita sin conocerme me prestó unas monedas y con eso regresar a casa.

Ahora caminaba con temor. Lima me gusta, pero en ocasiones te es agresiva. Miraba hacia un costado y al otro. Llego a un parque donde un vendedor callejero, provisto de un parlante y de una batería, vende discos compactos con clases para aprender a bailar salsa. Se anima y da una demostración de lo que hallarán en su grabación. Traza unos puntos en el suelo con una tiza y comienza su lección. Mentalmente voy dando los pasos. Ya en un momento, con la música encima, estoy moviéndome al ritmo que indica el maestro de la calle. De pronto como que me olvidé el mal rato… la vida continúa.

Autor: Carlos Torres.