jueves, 18 de julio de 2013

En un bus


Iba yo en un bus, muy lleno. Sube una pareja joven, con un cochecito. Ella se sienta y su esposo, le da al niño. El bebé estira los brazos y sonrie. Era la manifestación de la vida, la gráfica de una esperanza. Al costado mío, dos tipos conversaban. Yo les escuché todo el trayecto. El tono de sus voces era alto, aunque no quisiera, les escuchaba. Hablaban de la pareja de uno de ellos. El casado decía: "Ya no puedo más. Nunca hablamos. Esto lo aguanto, solo hasta diciembre. Que diferencia con Lucía. ella siempre tenía tiempo para mi, me preguntaba como me fue en el día y me servía una sopa caliente". Yo me dije: ¿Qué habrá ocurrido, para que él y Lucía, se hayan distanciado?. Los amores, en veces, no duran para siempre. Mientras los escuchaba, yo de reojo volteaba a la izquierda. En uno de los asientos estaba una chica, quizás unos 30 años. Miraba las calles a través de la ventana. Apretaba una bolsa negra que tenía sobre sus piernas. No hablaba, pero su semblante se mostraba con mucha tristeza. De pronto en una de las veces de mi reojo, vi que unas lágrimas humedecían sus mejillas. Dios mío me dije, ¿qué penas estará afrontando?. Así que Chachi, en un espacio tan pequeño, como puede ser un bus, tenía la esperanza, el desencanto y la tristeza. Estoy convencido que Dios también viajaba en el bus, Él no deja solas a sus criaturas, así me lo enseñaron de niño, y así es.

Saludos.


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