sábado, 3 de noviembre de 2012

El Maiz



"Cuando yo tenía unos siete años de edad, encontré en el camino seco, sobre un cerro, una pequeñísima planta de maíz que había brotado por causa de alguna humedad pasajera o circunstancial del suelo o porque alguien arrojó agua sobre un grano caído por casualidad. La planta estaba casi moribunda. Me arrodillé ante ella; le hablé un buen rato con gran ternura. Bajé toda la montaña, unos cuatro kilómetros y llevé agua en mi sombrero de fieltro desde el río. Llené el pequeño pozo que había construído alrededor de la planta y dancé un rato de alegría. Vi como el agua se hundía en la tierra y vivificaba a esa tiernísima planta. Me fui seguro de haber salvado a un amigo, de haber ganado la gratitud de las grandes montañas, del río y los arbustos secos..."
 
(José María Arguedas).

 


Tomado de Nosostros los Maestros, año 1986



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