miércoles, 8 de junio de 2022

Los siete consejos



Un joven viajó a la costa a trabajar y llegó donde un viejito. Ahí trabajó siete años y cuando se llegó el plazo para que se regresara, el patrón le dijo:

-Te doy ocho días para que tú escojas entre siete consejos o siete costales de plata.

Entonces el joven preguntaba a muchos de sus amigos cuál sería mejor, los siete consejos o los siete costales de plata. Todos le decían que la plata; pero el último día le dice un viejito:

-Los siete consejos te resulta más. 

Y se fue, el día ocho le dice a su patrón:

-Quiero los siete consejos.

-Entonces ven acá -le contestó el patrón-. Escucha: no preguntes sin que esté en tu necesidad; no dejes lo viejo por lo nuevo; no firmes papel sin que lo leas; no tomes agua sin ver; la cólera de ahora guárdala para mañana; los secretos de tu pecho nunca cuentes a tu amigo. Siete consejos, siete virtudes ganarás. 

Después de recibir estos consejos, el joven se despidió y, ande y ande, llegó a una casa donde lo estaban pegando a una señorita. Se acordó del primer consejo, no preguntó. Salió de ahí y habían dos caminos, uno nuevo y uno viejo: siguió por el viejo. Lo llevaron a un tribunal y quisieron que firme un papel, lo leyó y no firmó. Le invitaron a tomar agua y no tomó sin ver: era sangre. Entonces tuvo cólera, pero lo guardó para el día siguiente. Se encontraba con sus amigos y le preguntaban qué es lo que había ganado y él les decía:

-De siete consejos, siete virtudes.

Cuando estaba caminando por un camino bonito se encontró con una señorita, la cual le dijo:

-Amor de mis amores, vida de mi vida, tú me salvaste con los siete consejos: estaban pegándome y tú no preguntaste por qué; caminaste por el camino que era viejo y fue mi encanto; no firmaste el papel porque era la sentencia de mi muerte; no tomaste lo que te dieron, porque fue mi sangre; tuviste cólera y lo guardaste para el día siguiente; te preguntaron secretos y no contaste. Siete consejos, siete virtudes ganaste; treinta costales de plata te lo darán al llegar a tu casa, sube a mi carro y vamos juntos.

Caminaron un trecho y mandaron avisar que los esperaran y, cuando llegaron, celebraron una gran fiesta por su regreso, que con siete consejos sacó treinta sacos de plata, hubo casamiento y vivieron muy felices.


FIN


Recogido por José Cotrina Honorio, de San Marcos.

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