jueves, 24 de marzo de 2022

EL HIJO DE NASRUDÍN






El hijo de Nasrudín tenía trece años. No se creía guapo. Incluso estaba tan acomplejado que se rehusaba a salir de la casa. “La gente va a burlarse de mí”, decía sin cesar. Su padre siempre le repetía que no hay que escuchar lo que dice la gente porque a menudo critica a tontas y a locas, pero el hijo no quería escuchar nada.

“En tal caso –le dijo un día Nasrudín a su hijo-, mañana vas a ir conmigo al mercado.”

Muy temprano en la mañana salieron de casa.

Nasrudín se montó en el burro y su hijo caminó a su lado.

En la entrada de la plaza del mercado unos hombres estaban sentados, platicando. Al ver a Nasrudín y a su hijo, dieron rienda suelta a sus lenguas: “Miren a ese hombre, ¡no tiene piedad alguna! Él va bien descansado encima de su burro y deja que su pobre hijo vaya a pie. Sin embargo, él ya ha disfrutado mucho de la vida, y podría dejarle el lugar a los que son más jóvenes.” Nasrudín le dijo a su hijo: “¿Oíste lo que dijeron? ¡Mañana vas a venir conmigo al mercado!”

El segundo día, Nasrudín y su hijo hicieron lo contrario de lo que habían hecho la víspera: el hijo se montó en el burro y Nasrudín caminó a su lado. En la entrada de la plaza estaban los mismos hombres. Al ver a Nasrudín y a su hijo, exclamaron: “Miren a ese niño, no tiene ninguna educación, ninguna consideración. Va tranquilo montado en el burro, mientras que su padre, el pobre viejo, ¡tiene que ir a pie!” Nasrudín le dijo a su hijo: “¿Oíste lo que dijeron? ¡Mañana vas a venir conmigo al mercado!”

El tercer día, Nasrudín y su hijo salieron a pie de la casa jalando detrás de ellos el burro, y así llegaron a la plaza. Los hombres se burlaron de ellos: “Miren a esos dos imbéciles, tienen un burro y

ni siquiera lo aprovechan. Van a pie sin saber que el burro está hecho para llevar a los hombres.” Nasrudín le dijo a su hijo: “¿Oíste lo que dijeron? ¡Mañana vas a venir conmigo al mercado!”

El cuarto día, cuando Nasrudín y su hijo dejaron la casa, iban encaramados los dos en el burro. En la entrada de la plaza los hombres dejaron que estallara su indignación: “Miren a esos dos, ¡no tienen piedad alguna por ese pobre animal!” Nasrudín le dijo a su hijo: “¿Oíste lo que dijeron? ¡Mañana vas a venir conmigo al mercado!”

El quinto día, Nasrudín y su hijo llegaron al mercado llevando a cuestas al burro. Los hombres se carcajearon: “Miren a esos dos locos; hay que encerrarlos. Son ellos los que van cargando al burro, en lugar de ir montados en él.”

Y Nasrudín le dijo a su hijo: “¿Oíste lo que dijeron? Hagas lo que hagas en tu vida, la gente siempre encontrará algo que decir y qué criticar. No hay que escuchar lo que dice la gente.”

FIN

Nota: Nasrudín fue un personaje cuya celebridad va más allá de los siglos, las generaciones y las edades. Algunos dicen que vivió en Koufa, al sur de Irak, en el siglo VIII.

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