martes, 16 de agosto de 2016

La Serpiente Emplumada y el maíz




Sucedió hace muchos años, en el tiempo en que los dioses iban creando, poco a poco todas las cosas que pueblan el mundo. Cuando ya estaba lleno de plantas, frutos y animales, quisieron fabricar a los hombres para que gobernaran sobre la Tierra y entonces cogieron unas mazorcas de maíz, las molieron y formaron una masa con agua de un manantial sagrado y dieron a los hombres su forma actual.

Estos se dedicaron a la fiesta y descuidaron las plantas que les proporcionaban alimento, que poco a poco comenzaron a enfermar y a morir, y en medio de su desesperación clamaron al cielo para que sus dioses les ayudaran, pero ninguno de ellos les hizo caso.

Solamente la Serpiente Emplumada, un dios guerrero pero misericordioso, se compadeció de los hombres y después de enterarse muy bien de lo que les pasaba, ofreció ayudarles: "Os daré el maíz para que seáis fuertes", dijo, y se puso a buscarlo por todas partes, pero no lo encontró.

Después de muchos esfuerzos, descubrió que el maíz estaba encerrado en el centro de una gran montaña, y que unos seres fabulosos, gigantescos y malvados lo custodiaban.

Como todo dios prudente, la Serpiente Emplumada calculó sus fuerzas y llegó a la conclusión de que si luchaba contra los guardianes del maiz no los podría vencer, así que ideó una estratagema.

Se transformó en una hormiga negra, diminuta, pero de potentes mandíbulas y con cuidado para no ser descubierto, burló a los gigantes y llegó hasta donde se guardaba el maíz. Robó un solo grano, fuerte y gordo, cargándolo entre sus dientes.

Atravesó la montaña y pasó por debajo de los temibles guardianes, que, de descubrirlo, de un solo pisotón lo hubieran aplastado. Llegó hasta donde lo aguardaban los hombres y recobró su forma de Serpiente Emplumada.

Sembró el mismo ese único grano de maíz en tierra fértil, y esperó. La planta creció y produjo cinco hermosos racimos, y cada uno de ellos albergaba una mazorca con un diferente color de grano.

Los hombres las cuidaron con mucho amor y las distribuyeron. Poco después, el maíz se multiplicó como por encanto. Y ese es el origen de los cinco colores más conocidos de esa planta: morado, blanco, crema, amarillo y azul oscuro.

Desde entonces se utiliza el maíz para las más variadas comidas y los hombres son fuertes y saludables, y consideran a la Serpiente Emplumada como su dios principal.

FIN

Tomado de: Oro de Indias, de Carlos Villanes Cairo. EDELVIVES. Año 2008. Páginas 105 y 106.

La ilustración es de la web: emaze


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