miércoles, 24 de febrero de 2016

El padre del soldado






Hace mucho, mucho tiempo. O quizás mejor debo decir: Había una vez. O acaso queda más destacable escribir: Cuando yo era niño, había en el distrito de Barranco un cine, El Zenith. Era una sala grande, bien grande. La pantalla me parecía monumentalmente extensa. En ese cine mi amigo Memo me contó que vio Marabunta. Antes de comprar su entrada, le preguntó al boletero: ¿De qué trata Marabunta?. El preguntado respondió:

-De hormigas
-¿Pero qué hacen las hormigas?
-Hormiguear.

Bueno, a veces recibes respuestas de ese tipo. No están cargadas de mala voluntad, son lo que yo llamo: respuestas expreso, o sea rápidas.

Hoy domingo leyendo una página de antiguos cines, me entero que la temática es: Cines de Chorrillos y Barranco en los años de 1980. El artículo motivó mis recuerdos y evoqué a Memo y su Marabunta. Pero también mi memoria se encendió y recordé una película rusa: "El padre del soldado."
Fui a verla con seis amigos. Habíamos juntado el importe de nuestras entradas realito a realito para poder disfrutar de una función de domingo por la tarde. No sabíamos muy bien de que iba la cinta. Nos acercamos a boletería y dijimos:

-Siete entradas
-El vende boletos: 13.10 soles
-No. Son 12.60 soles

El vende boletos, coge un lapicero, anota, suma, multiplica, alza la mirada, vuelve a sumar y dice: 12.90 soles

Cada entrada costaba 1 sol con ochenta. Para zanjar el entuerto, decidimos comprar boletos de manera unitaria. Entregamos los papelitos y subimos a la segunda planta del cine, a la localidad balcón, la de precio más cómodo y que tenía largas bancas de madera. Se apagó la luz. Proyectaron unos réclames o avances de películas e inmediatamente comenzó: "El padre del soldado."

La película estaba en blanco y negro. Un viejo, muy viejo partía de su casa a buscar a su hijo quien era soldado del ejército ruso durante la Segunda Guerra Mundial. La única manera de que el se involucre en el avance del ejército era haciéndose un soldado más. El anciano vistió el uniforme y partió al frente. La oficialía y sus compañeros de armas se burlaban de él. Por la edad que tenía podía haberse quedado en casa.

Juntamente con los jóvenes, el viejo militar participaba con energía de las acciones bélicas, pero siempre pensando en hallar a su hijo. Le iban dando referencias de donde se ubicaba y hacía lo posible en que lo dirigieran hacia esa dirección.

No recuerdo más trama de la película, solo que casi al final, el viejo soldado retorna triunfante a la patria. Ingresó marchando con su batallón, y en primera fila recibió el apoteósico saludo de la ciudadanía de Moscú.

Siempre evocaba esta película. Quería volverla a ver. La nostalgia me apuraba. Un amigo quien tenía colecciones de videos en cintas VHS me prestó un libro enciclopedia de cine, pero el título no estaba registrado. Años después con la llegada de la Internet, digitaba yo en Google: El padre del soldado, y no obtenía información. Me leía largas listas de cine ruso, y nada. También accedía a los archivos de cine épico, cine en blanco y negro, cine de la Segunda Guerra, pero no encontraba referencias del film.

Hoy 21 de febrero, mientras leía la web de: Antiguos cines de Lima y comentaba yo del Zenith, y que fue un cine barranquino que desapareció en 1975 debido a un temblor muy fuerte y que afectó seriamente a las casas de Barranco, pues decidí una vez más "gugluear" y... ¡apareció una foto de. El padre del soldado!, película subtitulada, proyectada en Chile, en el año 2015. Insistí y afinando el criterio de búsqueda, apareció el link de alguien que había subido la película.

Hoy entonces la veré y recordaré la entrada al Zenith. Al boletero que era duro con los números. A los seis amigos. A la escalera de cemento del cine y a la monumental pantalla blanca.

FIN
Autor. Carlos Torres

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