miércoles, 22 de septiembre de 2021

Maui, castiga al sol (Leyenda Maori)




Maui creció, se hizo hombre, y se casó con una bella mujer. Por aquellos días, el dios Sol, cuyo nombre era Ra, solía ser muy descuidado con respecto a la duración del día. Por la mañana, salía de una cueva en el este, se movía a través del cielo y luego por la tarde entraba a otra cueva en el oeste. Pero resulta que a veces el día era largo y a veces corto. De hecho, nunca se sabía cuál iba a ser la duración del día. El mal comportamiento del sol era muy desconcertante y fatigoso.

Maui y sus hermanos hablaban a menudo de la necesidad de darle una lección al sol; pero, como Ra era un dios muy poderoso, durante mucho tiempo no estuvieron dispuestos a interferir con él. Un día, sin embargo, Maui decidió no posponer más alguna acción. Es que el sol había salido como de costumbre, y la esposa de Maui había puesto el pescado y los Kumaras (camotes) al fuego, para cocinar el desayuno. Pero el sol se apresuró en atravesar el cielo y entró en su cueva occidental con tanta prisa que el día terminó en pocos minutos. El desayuno no se había terminado de cocinar, y Maui y su esposa tuvieron que comerlo a la luz del fuego en lugar de a la luz del día.

Maui convocó inmediatamente a sus hermanos para un consejo. El sol, dijo, debe recibir una lección a la mañana siguiente.


Maui dio un plan a sus hermanos: comprar una gran cantidad de hojas de lino y unas fuertes ramas de Manuka (árbol de Te). Esto se hizo. Luego se sentaron todos alrededor del fuego y trenzaron el lino en una soga muy fuerte.

Tan pronto como todo estuvo listo, se dirigieron a la cueva en el este, de donde sale el sol cada mañana. Colocaron la cuerda de lino alrededor de la apertura y se quedaron esperando con los palos en la mano.

Poco a poco se vio una luz al fondo de la cueva. Se hizo más y más brillante; y luego vieron el Sol arrastrándose hacia ellos. Iba sobre sus manos y rodillas, su cabello estaba muy erguido, como lo están las cerdas de una escoba, y brillaba con mucha luz.

El sol se detuvo en la abertura y miró de arriba abajo, se preparaba para volar hacia el cielo.

"¡Ahora!" dijo Maui.

Al oír esta palabra, los hermanos tiraron de los dos extremos de la cuerda de lino y el Sol quedó atrapado firmemente por el cuello. Lo sacaron a rastras de la cueva y Maui lo golpeó en la espalda hasta que se le cansó el brazo. El Sol rugió pidiendo piedad, pero los atacantes consideraron que no se le había castigado lo suficiente. Cada hermano tomó turno para golpearlo; y cuando terminaron, el sol estaba casi muerto.

"¿Ahora, me lo prometes?", preguntó Maui. "¿Harás los días siempre de la duración adecuada, y no correr más por el cielo como ayer? Si no lo prometes, volveremos a golpearte de nuevo"

"Ay, ay" gimió el pobre sol. "Lo prometo, lo prometo"

De modo que dejaron que el sol se fuera, gimiendo de dolor, y siguiera su viaje hacia el oeste. Tenía tanta prisa por escapar que se llevó consigo la cuerda que los hermanos le habían enredado al cuello. Eso, o algo de eso, todavía está allí en lo alto. Al atardecer, a veces puede verse los extremos deshilachados de la gran cuerda arrastrando una línea brillante a través del cielo.

Durante mucho tiempo el sol recordó bien su lección, e hizo que los días fueran largos en verano y cortos en invierno.

Aun así, en general, la paliza le hizo bien. No es tan descuidado como antes de que Maui lo castigara; porque aunque los días varían a lo largo del año, de largos a cortos, ahora sabemos bastante bien qué esperar del verano o que esperar del invierno.

Fin


Tomado de: Legends of the MAORI, for children aged 9 - 10 years. Whitcombe and toms limited.

Este es un hermoso relato. Una leyenda de creación. La sabiduría de una nación para explicar aquello que es un misterio. Yo lo veo así. Siempre quedo sorprendido.



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