jueves, 14 de febrero de 2019

Campanani







Unos arrieros putreños (del pueblo de Putre) viajaron al pueblo de Curo-Curo, en Bolivia, para comprar las campanas de la iglesia.

En Curo-Curo fabricaban campanas de oro. Los arrieros compraron unas hermosas campanas y partieron con ellas de vuelta a Putre, montados arriba de sus mulas.

Cuando venían encamino, las mulas se cansaron; llegando a Amachuma, no quisiron caminar más. Entonces descargaron las campanas de oro y decidieron descansar un par de días para que los animales se recuperaran.

Pasaron los días y fueron a buscar las campanas donde las habían dejado. Al encontrarlas, se dieron cuenta de que se estaban hundiendo. Entonces partieron a buscar ayuda.

Al volver, las campanas estaban hundidas casi veinte metros bajo tierra y era imposible sacarlas.

Hasta hoy están las campanas de Amachuma. Por eso ese lugar se llama "Campanani".

En las noches se oye el sonar de las campanas, anunciando la muerte de un habitante.

FIN

Tomado de: Kimsaqallqu, cuentos aymara para los niños del mundo. Proyecto y edición de Teatro de Tierra.Pehuén-Chile.

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