martes, 26 de noviembre de 2013

Ludovico Einaudi


Ha sido para mi todo un hallazgo descubrir al genial pianista Einaudi. Esta interpretación: Nuvola Bianche, que se traduce como Nube Blanca, me transporta a mis años de niñez cuando alzando los ojos hasta allá arriba veía el racimo apretado de infinidad de nubes. Me ponía a pensar sino serían las celestiales coliflores que se destinarían para un menú de estrellas. En mi mente ensayaba maneras de poder alcanzarlas. Imaginaba que ponía una mesa de altas patas y sobre ella una escalera tijera de ventiún pasos que vi usando a un pintor… pero me convencía a mi mismo que el racimo blanco estaba mucho más arriba.


No…, para alcanzarlas no hacen falta mesas o altas escaleras. Basta con cerrar los ojos, escuchar a Einaudi, empinarse un poquito y estirar los brazos para coger las nubes. Si uno sigue teniendo la espiritualidad de un niño, les aseguro que se logra alcanzarlas.






Saludos amigos

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