miércoles, 25 de agosto de 2021

HISTORIA DE UNA ANCIANA





¿Qué hubo antes del comienzo? ¿Qué viene después del final?

Nunca tendremos todas las respuestas, pero nunca dejaremos de hacer preguntas y contar historias.

Hace mucho, mucho, mucho tiempo, había una mujer tan mayor, tan mayor, pero tan mayor que algunos decían que tenía unos 150 años. Y debido a que era tan mayor, ya no quería vivir en el pueblo, así que se fue al bosque alto y allí encontró una choza donde descansar.

Una noche, esta anciana estaba acostada y tuvo un sueño. Soñó que era nueva de nuevo. En su sueño, tenía muchos adornos esparcidos alrededor de su cuerpo, collares, pulseras, aretes. Su cuerpo estaba perfectamente pintado. Cuando se despertó, estaba segura de que se trataba de un mensaje del mundo de los espíritus y de que podría volver a ser joven. Pero, ¿Cómo se las arreglaría para hacer esos adornos si era tan mayor? Ya no era posible ir al bosque a recolectar semillas, raíces, plumas, hojas.

Fue entonces cuando un joven apareció allí y pidió un lugar para dormir, solo por una noche. La anciana aceptó, pero con una condición, que él se fuera al bosque y le llevara todo lo que necesitaba: semillas, raíces, plumas, flores ...

El joven aceptó. Se fue al bosque, se pasó el día recogiendo todo lo que le habían pedido y regresó con una canasta llena. Una canasta llena de cosas coloridas y muy perfumadas.

Cuando la mujer vio esa canasta, saltó de alegría. ¿Es posible? ¡Una mujer de ciento cincuenta años, saltando de felicidad!

Entonces la anciana esparció las semillas, las raíces, las hojas y comenzó a hacer todo lo que necesitaba. Y ella tejía y trenzaba, trenzaba y tejía y adornaba todo su cuerpo, con brazaletes, collares y se pintaba con los colores del bosque y así, hermosa, se fue al río a bañarse.

Cuando salió del agua, se dio cuenta de que le estaba pasando algo muy extraño. Se le estaba pelando la piel, y debajo de la piel vieja, había piel nueva.

Entonces la anciana se quitó esa piel, como si fuera ropa. Se la quitó y la colgó en una rama. Se fue de allí sintiéndose joven, como si tuviera 20 años. Y se marchó. No se dio cuenta que unos chicos llegaron corriendo al río y vieron esa piel colgada. Para ellos, esa piel era un ser maligno del bosque, un animal desconocido, y con miedo empezaron a arrojar piedras a la piel de la anciana.

Y la joven, que antes era anciana, y que estaba muy lejos, sintió un escalofrío y corrió de regreso al río.

Cuando vio su piel perforada, sintió extraños escalofríos y se dio cuenta de que ya no podía seguir siendo joven. Así que tomó la piel, aunque estaba perforada y se la puso, y murió.

Debido a esta extraña experiencia con esta anciana, ninguno de los suyos quería ir allí a enterrar su cuerpo y allí se quedó.

Pero aparecieron algunos seres. Fueron las serpientes. Las serpientes comienzan a envolver el cuerpo de esa anciana. Se envuelven y atraviesan su cuerpo, y comienzan a traer hojas, y más hojas, y continúan cubriendo su cuerpo. Pasando por sus piernas, brazos, torso, cabeza. Y cubrieron a la anciana con hojas.

Por este acto de compasión, se les dio un regalo a las serpientes. El poder de cambiar de piel cada vez que cambia la estación.

Se debe a ella, a la historia de la anciana.

(Narrativa de Tradición Oral, adaptada por Maria Cândida) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario