sábado, 7 de agosto de 2021

Donde se ve cómo el zorro perdió ante el cóndor




Un cóndor estaba contemplando el paisaje de la cordillera, de pie en un peñasco, feliz por el hermoso plumaje que le había salido con la primavera.

El zorro se le acercó, y después de saludarlo le dijo:

–¡Qué linda espalda tiene, tío! ¡Tan blanca como la nieve! El cóndor apenas le hizo caso. Con desgano le respondió:

–¿Te gusta?

El zorro dijo que le encantaba y que deseaba tener una espalda igual.

–Es fácil, habló el ave. Si quieres te ayudo.

Esa noche subieron a la cumbre, hasta un nevado.

–Si quieres una espalda blanca, tienes que echarte de espaldas en la nieve, le indicó el cóndor.

El zorro feliz, se tumbó sobre la nieve. De rato en rato, el cóndor le preguntaba si sentía frío, a lo que respondía con un no. Tan grande era su deseo de tener una espalda blanca que negaba sentir frío. Pasaron varias horas. A la madrugada el cóndor le volvió a preguntar. El zorro apenas le dijo un débil no. Al amanecer ya no le contestó. Se había muerto.

Marcos Yauri Montero, Leyendas Ancashinas (plantas alimenticias y literatura oral andina),

Lima, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología-CONCYTEC, 1990, p. 76.

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