jueves, 11 de julio de 2013

La historia de Iasá





En la tribu de los Cashinahuas vivía una joven tan hermosa que todos los que la veían se enamoraban de ella. Pero Iasá amaba solamente a Tupá, el hijo del dios supremo Tupán. 

El demonio Anhangá, enamorado también de Iasá, sentía una terrible envidia de Tupá y decidió robarle la novia. Para lograr su maligno propósito, se apareció un día ante la madre de Iasá y le dijo:

--Si tú impides la boda de Iasá y Tupá y haces que tu hija se case conmigo, yo te daré caza y pesca abundantes durante toda tu vida.

La ambiciosa madre pensó que si obedecía a Anhangá no tendría que preocuparse más por conseguir alimento. De inmediato le prohibió a Iasá volver a ver a Tupá y decidió fijar la fecha del matrimonio de su hija con Anhangá.

Al conocer la decisión de su madre Iasá se sintió desesperar. Sabía que al casarse con Anhangá tendría que ir a vivir al infierno, en el centro de la tierra, y que jamás volvería a ver el cielo, donde vivía su amado Tupá junto a su padre, el dios supremo Tupán. En medio de su tristeza, quiso ver a Tupá por última vez, aunque solo fuera de lejos, y así se lo pidió a Anhangá.

El demonio decidió complacer a Iasá pero le impuso una condición:

--Te harás una herida en un brazo para que las gotas de tu sangre marquen el camino que te lleva al cielo, así podré seguirte.

Conforme a lo prometido, el día señalado para la boda, Iasá partió a visitar a Tupá por última vez. Se había cortado el brazo y a medida que avanzaba, las gotas de sangre iban formando un arco rojo en el cielo.

Tupá era muy poderoso, ordenó al sol, al cielo y al mar que acompañaran a Iasá en su camino y que para confundir a Anhangá dibujaran tres arcos más, al lado de la franja roja. El sol Guaricí trazó un arco amarillo, el cielo Iuaca, dibujó un arco azul claro, y el mar, Pará formó un arco azul oscuro.

Pero Iasá no logró llegar al cielo, ni ver a Tupá, debilitándose cada vez más, fue cayendo lentamente hacia la tierra. Su sangre se mezcló primero con la franja amarilla de Guarací y se formó un arco anaranjado y, después al mezclarse con el arco azul de Iuaca, dibujó otro arco de color violeta.

Al caer sobre la tierra, Iasá murió en una playa, bañada por el agua del mar y por los rayos del sol. No se casó con Anhangá, ni se fue al infierno...

De su cuerpo subió un arco verde, formado por la mezcla del azul de Pará con el amarillo de Guarací, y se convirtió en el séptimo arco que seguía la trayectoria de los otros seis.

Así se formó el primer arco iris y ésta es la historia de por qué tiene siete colores y aparece siempre en el cielo en forma de arco. 





GLOSARIO:

Cashinahuas, Indígenas del grupo Pano, habitantes de las regiones norte y noroeste de Brasil, que se destacan entre las otras tribus por su literaura oral. Los Cashunahuas habitan también en territorio del Perú, sobre el río Curanja, en el departamento de Ucayali.


"La Historia de Iasá", es una leyenda indígena. La presente versión, es una adaptación literaria de la autora Suely Mendes Brazaó. La ilustración corresponde a Roberta Masciarelli.

El relato figura en la Coedición Latinoamericana COMO SURGIERON LOS SERES Y LAS COSAS, año 1986. Páginas 11 a la 16.

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