martes, 2 de julio de 2013
Soledad
Antes éramos un montón, los solitarios dispersos por la ciudad.
Algunos se asomaban a las ventanas para ver la noche.
Otros paseaban su soledad por las veredas.
Pero poco a poco, los solos de las ventanas, empezaron a asomarse de a dos.
Y los que paseaban por las veredas, a ir en pareja.
De repente yo era el único solitario que quedaba.
Entonces decidí comprarme un perro.
Ahora, todo es diferente.
Nota: Imagen y textos del libro: Humor libre de CALOI. Editorial Nueva Senda SRL, año 1972.
Saludos amigos.
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