Era un hombre que luego de su jornada de trabajo, llegaba a casa, se sentaba en un sillón y encendía el televisor.
Se pasaba horas frente a la pantalla. Sonreía, reía y hasta soltaba carcajadas. Disfrutaba mirando el televisor.
Una noche, su esposa se acercó al tv. Vio que el aparato estaba desenchufado. No obstante él, siempre miraba la pantalla y reía. Era feliz.
Ella, decidió conectar el enchufe a la corriente. Se hizo la luz. Él sentado frente a la pantalla, dejó de reír. Ahora miraba el televisor, con el seño fruncido, con desánimo y con aburrimiento.
Imagen de: Humor Libre de Calaoi. Editorial Nueva Senda, año 1972 |
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