1
Dicen que los gallos cuando
están viejos ponen un huevo
como si fueran gallinas. Ponen
un solo huevo, chiquito, medio
verde.
2
En tiempos antiguos las
personas hablaban que de ese
huevo de gallo nacía un sapo.
3
Así un joven tonto al oir estas
conversaciones, buscó el huevo
de un gallo viejo y lo enterró
en el ojo de un puquial
4
Después de enterrar ese huevo de
gallo, el joven tonto volvía mes a
mes a mirarlo y ver como estaba.
5
El primer mes fue a mirar el huevo
enterrado sin encontrar nada.
Al segundo mes volvió a ir y
encontró la tierra rajada.
6
Cuando fue al tercer mes, la
tierra estaba abierta y encontró
a un sapo que lloraba como una
persona.
7
El joven muy asustado se fue
corriendo a su casa, mientras
que detrás suyo el sapo saltaba
y lo perseguía: El sapo iba
diciendo:
-¡Tu eres mi padre y mi
madre! ¡Espérame papá, mamá!
8
El joven siguió corriendo.
Dicen que hasta ahora
corre con el sapo detrás
que lo quiere alcanzar.
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