¿Hoy va haber títeres?
Sí.
¿Y cuentos?
Cuentos también.
(Una niña
preguntándome un sábado en Amazonas)
Cada sábado a las 11 y 30 de la mañana se da
inicio a la función de: “Cuentacuentos y Títeres” en la sala de lectura Mario
Vargas Llosa de la Cámara Popular de Libreros, sita en la esquina de los jirones Andahuaylas y Amazonas. El público se va
congregando desde las 11 de la mañana, especialmente los niños, es que ellos
son puntuales.
Todo comenzó hace unos seis meses. La
verdad, debería tener marcado el día inicial, pero no lo recuerdo. A veces la
memoria se me enflaquece.
La primera vez fue una función de Cuentacuentos en la
que estuvimos tres narradores: Ángel, Maritta y yo. Una semana antes había yo
conversado con la directiva de los libreros y aseguré que nosotros tendríamos
continuidad con nuestro trabajo. Terminamos la narrada y pasamos una gorra: ocho soles.
Siguieron las semanas y los dos compañeros no
pudieron continuar. Me quedé yo solo. Así que sábado a sábado iba presentándome
con cuentos de aquí y de allá. La continua presentación me ha permitido mejorar
mi técnica, amén de que se incrementó mi repertorio de cuentos. Lo anterior, debido a que
algunos niños recitaban algunos cuentos conmigo. Se los sabían ya de memoria
por el continuo narrar de los mismos en cada sesión sabatina.
El local es al aire libre, pero bajo techo.
Cuenta con sillas y mesas. Hay un equipo amplificador (sin las ventajas del ecualizado) y parlante. No hay
reproductores de sonido, tampoco micrófonos inalámbricos. Estoy viendo la
manera de adquirir un reproductor con acceso para USB, y también un micro sin hilo. Tiempo
al tiempo.
Quien me ayuda es el señor Tito, encargado
de la Sala de Lectura. Es que la sala de lectura cuenta con libros. Muchos usuarios de la sala son lectores, pero otros aprovechan el usar las mesas como escritorio. Una tarde me puse a observar los títulos y
había nada menos que una colección de la legendaria enciclopedia Espasa-Calpe,
de esa que en uno de sus cuentos nos habla Jorge Luis Borges. O sea todo un
tesoro de enciclopedia.
Yo a eso de las 11 voy llamando al público.
Les digo: “En Amazonas, ustedes no encuentran al libro. El libro los encuentra
a ustedes”, “Acérquense que en breves minutos se iniciará la velada de cuentos
y de títeres”. “Sepan que el lugar donde estamos, antiguamente fue una sala de
cine. Sí, uno de los primeros cinemas fue El Cinelandia y este dejó de
funcionar hace cuarenta años. Aquí se presentaron en 1938, películas sobre
Felipe Pinglo Alva”.
Se inicia la función. Cuento relatos a viva
voz. Uso también un libro ilustrado. Experimenté también con la técnica de figuras hechas sobre cartulina
y voy pasándolas como si fueran viñetas. En otra oportunidad, realicé un
experimento físico: El principio de Arquímedes. Terminado el experimento, conté
el relato del griego inventor y su palabra Eureka. Uso también para mis relatos una muñeca
Matrioska. Ese relato siempre me lo celebran.
En una oportunidad invité a que el público participara también, relatando historias. Se levantó un niño, un joven y también una
señorita. Esta última tenía una versión muy sui géneris del relato: ‘La Cucarachita Martina’. La cucarachita en esa versión cantaba: “Soy soltera y hago lo
que quiero”
Últimamente la velada se acompaña con una función
de títeres. Ya hemos llegado a tener unas 100 personas por función. A veces hay
buenas gorras, pero otras no. Me he encontrado con monedas que no eran monedas,
sino pilas tipo botón.
Hubieron
días especiales, de celebración, de esos que marcan: Día del niño. Día de la Madre. Día de la patria, Día de la
bandera etc.
No siempre ha sido fácil. Algunas veces la
directiva acordaba otra actividad y nos quedábamos sin local. Había que mover
la hora. Ya no era a las 11 y 30, sino a la 1 o a las 3 de la tarde. Recuerdo
una narrada al mismo tiempo en que se transmitía el mundial y se disputaba la
eliminatoria a penales. Alguien colocó un televisor cerca de la sala y se
escuchaba la transmisión del partido. No obstante eso, siempre hubo público
hábido de escuchar historias.
Espero poder continuar esta gestión que ha
permitido un nuevo espacio. Contar es un derecho y ya es tiempo que lo
ejerzamos a plenitud. El contar es la memoria de una nación, es el referente de
lo que ocurrió. Es el poder aprender sobre otros pueblos. Es especular como
será el futuro. Contar es hacer vivir al otro una historia y quizás hablando
con atrevimiento, hasta la posibilidad de cambiarle la vida.
Carlos Torres
(Setiembre 2014)
Soy Narrador. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864 o escribir a: ctorres1000@yahoo.es
Soy Narrador. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864 o escribir a: ctorres1000@yahoo.es
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