Había una vez una niña que iba a lavar ropa en un río. De pronto apareció un joven y la saludó; se quedaron conversando largo rato. Al despedirse la niña le dijo: "Nos vemos mañana".
Camino a su casa, la niña se cruzó con el lagarto. Asustada comenzó a tirarle piedras, hasta que le hirió un ojo.
Al día siguiente la niña volvió al río y se encontró nuevamente con el joven. Grande fue su sorpresa al ver que el llevaba una venda en el ojo.
Al preguntarle el motivo de la herida, el joven contestó: "¡Ayer tú me tiraste piedras!". La niña, triste, respondió: "No quiero verte nunca más", y volvió nuevamente a tirarle piedras.
Por eso es que los lagartos persiguen siempre a las niñas.
FIN
Tomado de: Kimsaqallqu, cuentos aymara para los niños del mundo. Proyecto y edición de Teatro de Tierra.Pehuén-Chile.
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