Trabajaba yo en una empresa distribuidora de auto-apartes, y estaba encargado del soporte técnico en baterías. Un viernes, mientras marcaba mi tarjeta de ingreso, vi un comunicado que estaba colgado en el pizarrín firmado por el Gerente de Ventas y decía: Hoy viernes 28 a las 7 PM deberán asistir todos a una charla técnica que impartirá la fábrica de amortiguadores “Mundial” en el auditorio del hotel Libertad ubicado en la cuadra dos de la calle Colón del distrito de Miraflores.
Mi trabajo terminaba a las 6 de la tarde, y ese día ya había convenido con un amigo para ir a un bar cultural, donde cada último viernes de mes se presentaban aspirantes a comediantes. Yo disfrutaba de ese espectáculo. Bueno, también había la posibilidad de conocer alguna chica. Así que el mandato de ir a escuchar una charla técnica de amortiguadores pues no me provocaba ninguna expectativa.
Salí del trabajo y acompañado de mi colega Mauro llegamos al Libertad. Ya había asistencia de oyentes. Reconocimos a algunos vendedores de las empresas de la competencia. Nos ubicamos, y a esperar que se diera inicio a la charla. Yo seguía pensando en lo de los comediantes.
Se inició el evento con una aburrida exposición sobre el historial de la empresa Mundial. Luego, fue presentado el charlista técnico, era el ingeniero de planta Raúl Meneses con más de veinte años en el campo de los amortiguadores. Comenzó su disertación recomendando que se prestara la debida atención al producto amortiguador, ya que no solo brindaba seguridad en el manejo, si no también confortabilidad para quienes viajaban en el automóvil, camioneta o camión.
El tipo exhibía mucho saber, y a su conocimiento aunaba una gran capacidad de comunicación. La charla era de gran factura. Llegó la ronda de preguntas, y aquí el expositor se lució hasta niveles impensados.
Pregunta: “¿Qué puede decirnos del ruido en el amortiguador?”.
El ingeniero sobre la marcha respondió: “Esa pregunta requiere una precisión, ya que debe especificarse el tipo de ruido. Cada variante del desperfecto sonoro demanda una solución diferente. Existen diez tipos de ruidos en un amortiguador: silbido, chillido, gorgojeo, pitido, soplido, trepidación, soplido, vibración, ruido seco y finalmente ruido impulsivo intermitente”... Que tal tipo, me dije. El auditorio, estaba excitado con la elocuencia del ingeniero.
Se acababa la charla. Fueron más de dos horas del tema amortiguador. En eso, un oyente levanta la mano, y dice: “Por favor, háblenos de los sellos del amortiguador Mundial. ¿Por qué son superiores a los de otras marcas?”
El ingeniero respondió: “Los sellos de Mundial, han sido desarrollados expresamente para un trabajo de elevada fatiga. El material del sello resiste la agresividad del aceite, y afronta con suceso el calor que se genera durante la operación del amortiguador. Es un jebe especial, de nombre: Acrilo-butadieno-estireno-neopreno”. Yo me dije: que tal facilidad para pronunciar nombres tan raros y difíciles, jamás había escuchado eso del Acrilo-butadieno y no sé qué cosas más. Este tipo, si que sabe.
Nos poníamos de pie. Dábamos por terminada la exposición, pero el ingeniero dijo: No se muevan todavía, hay una pregunta más. Y dio la palabra a un tardío preguntador: “Ingeniero usted dice que el material del sello es el jebe acrilo-butadieno-estireno-neopreno. Yo me permito preguntarle: ¿de que tipo: Alfa-beta caroteno32 o el nylon-criolón-poliestireno-difenil-acetato?”
El auditorio, volteo para ver quién preguntaba, e inmediatamente nuevamente volteó para ver al ingeniero. Este puso una cara de sorpresa. Quedo pasmado. Abrió grandemente los ojos. No supo que responder. Un anónimo oyente, lo había superado... finalmente, el ingeniero era un mortal.
(FIN)
Autor: Carlos Torres
Soy Narrador y Cuentacuentos. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864, o escribir a: ctorres1000@yahoo.es
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