Mi amigo el Superheroe, nuevamente me sorprendió. Hoy le vi con la cara pintada de verde, sabe Dios que habrá usado para conseguir la piel de ese color.
-Hola amigo Superheroe
-Ahora soy un extraterrestre
-¿Extraterrestre?
-Si, y ahora voy a ver las estrellas.
Y levantó un tubo y lo usó de telescopio para mirar el firmamento. Que carajo le iba a decir que estrellas no se pueden ver a las 10 de la mañana. Lo que mi amigo jugaba, era mucho más verdad que lo que yo podía enseñarle de astronomía. Total uno puede ver estrellas hasta con los ojos cerrados.
No me refiero a que uno le den un pisotón en el pie, y el dolor le haga ver a uno estrellas. Me refiero a que te pueden dar un beso, y no solo ves estrellas, sino hasta los confines del universo.
Así que le dije adiós a mi amigo. El seguía observando Las Pléyades, Sirio y Aldebarán. Ese mi amigo El Superheroe, a sus cinco años, vuela ya de una punta a otra de la galaxia. De seguro ha conocido a Melquiades, el gran astrónomo ciego que contemplaba el firmamento con las manos.
(FIN)
Autor: Carlos Torres
Soy Narrador y Cuentacuentos. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864, o escribir a: ctorres1000@yahoo.es
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