Estaba en la tienda de una librera amiga en el Jirón Camaná. Nos poníamos de acuerdo sobre el precio de un viejo texto que ella tenía sobre Victor Von Hagen, una verdadera joya de libro. En eso, entra a la carrera una colega y entre las dos se da el siguiente diálogo:
-¿Tienes: Mierda llegué a los 50?
-No. Pero tengo: Puta, llegué a los sesenta.
La preguntadora quedó inmóvil por la respuesta, y luego tal como vino partió a la carrera.
Yo me reia y me preguntaba si en realidad existiría el libro sobre la sesentona de años, o fue la chispeante salida para no quedarse sin respuesta.
(FIN)
martes, 10 de junio de 2014
Sesenta
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