Había un pobre gusano, triste y solitario, que cae en el interior de un diminuto agujero en el que habita un espíritu bondadoso. El espíritu, feliz por tener compañía después de muchas lunas, le concede tres deseos, y el gusano, que sueña con ser un león, un águila o una mariposa, le pide que lo convierta en uno de ellos. Al instante el espíritu le concede lo que desea y lo transforma en una hermosa mariposa de grandes alas. El gusano, feliz por su cambio, renuncia a sus dos restantes deseos y vuela hacia la abertura del agujero solo para darse cuenta de que ya no pasa por ella. Entonces le pide al espíritu tener las alas menos grandes y él lo convierte en una polilla aún más pequeña y diminuta de lo que era su condición de gusano. Al sentirse humillado, su tercer deseo es volver a ser el que era. Así sale del agujero y sigue su camino.
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