El búho al ir en busca de alimento a la selva se encontró con que no había insectos. Estos estaban en huelga. El murciélago se ofreció atentamente a llevarlo a un lugar donde encontraría muchos insectos. Llegados al sitio, el búho pagó en moneda al murciélago; y le dijo al ver que el acompañante no se retiraba: "Señor yo no se que espera. Ya es tiempo de marcharse." Pero el murciélago le contestó:
Ahora me toca comer a mi y se lanzó a chuparle la sangre
MORALEJA: El que cree en el villano, entre sus garras perece.
Alfonso Arias Shereiber.
Tomado de: Ensayo de Fábulas Peruanas, de Alfredo Figueroa Coello. Lima 1943.
esto no es una respusta
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