Este libro debe ser de alrededor de 1950. Es de las antiguas ediciones de: Saturnino Calleja, de las que solía hablar Luis Alberto Sánchez.
He leído relatos en verdad extraordinarios. Cofres que vuelan y fósforos que se hacen lucir, aun estando sin encenderse. De un Mohandú a quien el turbante se le cayó de la cabez, y un hecho al parecer cotidiano, quedó marcado en el calendario de todos los vecinos de una ciudad y pasarán los años y no lo van a olvidar.
El cuento de un joven príncipe que aprendió la ciencia y arte de buscar el bien de la spersonas, a través del ejercicio de la profesión de médico.
El relato de dos gemelos que se enamoraron de una misma chica y el destino los convirtió en dos rocas inmensas y de en medio de ellas se escurre una corriente de agua que dicen tiene sensibilidad de mujer.
Y finalmente las aventuras del Barón de la Castaña, el que viajó a la luna y para descender de ella tuvo que tejer una gigantesca soga hecha de paja. Quien para entrar en un fuerte, se montó sobre una bala de cañón en el instante mismo que que el proyectil salía disparado del ánima del cañón y que a medio camino desistió de su empresa y se montó en otra bala que venía disparada del fuerte con dirección a los compañeros de batalla del Barón.
En lo cuentos, no hay límites... puede pasar de todo.
(FIn)
El libro no cita autoría.
Autor de la nota: Carlos Torres
Soy Narrador y Cuentacuentos. Para funciones y presentaciones, contactarme al fono 996583864, o escribir a: ctorres1000@yahoo.es
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