Esperanza vivía en
Barcelona y hace ya casi treinta años conoció a Juankar, un chico de
Tolosa. Por aquel entonces ella tenía pareja en Barcelona, pero no pudo
evitar enamorarse con toda la locura de Juankar. A él le pasó lo mismo.
La juventud, o quizá la falta de experiencia, frenaron a Esperanza, que
no se atrevió a seguir el impulso de dejarlo todo e irse a vivir con
Juankar. Pasaron los años. Ella siguió viviendo en Barcelona y tuvo una
hija de su pareja. Él siguió viviendo en Tolosa, excepto una temporada
en la que estuvo en Madrid. Se veían una o dos veces al año. Tiempo
después Esperanza rompió con su pareja y decidió ir a vivir con Juankar.
Ya era tarde. A él le diagnosticaron leucemia. Aunque la amaba con
todas sus fuerzas no quiso que viera su deterioro físico y su
sufrimiento. Le pidió que le dejara. Ella no se lo pudo negar. Juankar
murió poco después
Esperanza, enterada de que una película se iba a filmar en Tolosa, le pidió a Carlos (uno de los actores) y "amigo" de Facebook a quien no conocía físicamente, que le llevase unas flores y además leyera el poema Elegía de Miguel Hernández. Carlos dijo que sí. Aprovechando un hueco en el rodaje contactó con Gorka una florista a quien Esperanza, por teléfono, le había encargado el ramo. Gorka adornó aquel ramo regalándole una cinta con las palabras “Para siempre". Para llegar al cementerio, Carlos desde una estación tomó un taxi. Le pidió al taxista, ya en la sesentena y con el pelo totalmente blanco, que le acompañase a dejar unos claveles rojos y que por favor, le grabase en vídeo con su celular mientras depositaba las flores en la tumba de Juankar y le leía la Elegía. Lo hizo. El taxista preguntó por la historia. Carlos se la contó. Los dos se emocionaron mucho. Cuando le llevó de regreso a la estación y ante la pregunta de. ¿Cuánto le debo?, miró, sonrió y dijo: “Yo también quiero contribuir a una historia de amor tan hermosa como esta. Déjame hacerlo con mi trabajo” Y se negó a cobrar.
Una historia así donde el amor es capaz de hacer que varias personas que no se conocen se emocionen y sean capaces de crear, juntas, algo tan bello, solo puede suceder cuando se dan unas circunstancias muy especiales que lo propician. En este caso fue la determinación y la iniciativa de Esperanza la que, superando su dolor, puso a todos en marcha.
Esperanza, enterada de que una película se iba a filmar en Tolosa, le pidió a Carlos (uno de los actores) y "amigo" de Facebook a quien no conocía físicamente, que le llevase unas flores y además leyera el poema Elegía de Miguel Hernández. Carlos dijo que sí. Aprovechando un hueco en el rodaje contactó con Gorka una florista a quien Esperanza, por teléfono, le había encargado el ramo. Gorka adornó aquel ramo regalándole una cinta con las palabras “Para siempre". Para llegar al cementerio, Carlos desde una estación tomó un taxi. Le pidió al taxista, ya en la sesentena y con el pelo totalmente blanco, que le acompañase a dejar unos claveles rojos y que por favor, le grabase en vídeo con su celular mientras depositaba las flores en la tumba de Juankar y le leía la Elegía. Lo hizo. El taxista preguntó por la historia. Carlos se la contó. Los dos se emocionaron mucho. Cuando le llevó de regreso a la estación y ante la pregunta de. ¿Cuánto le debo?, miró, sonrió y dijo: “Yo también quiero contribuir a una historia de amor tan hermosa como esta. Déjame hacerlo con mi trabajo” Y se negó a cobrar.
Una historia así donde el amor es capaz de hacer que varias personas que no se conocen se emocionen y sean capaces de crear, juntas, algo tan bello, solo puede suceder cuando se dan unas circunstancias muy especiales que lo propician. En este caso fue la determinación y la iniciativa de Esperanza la que, superando su dolor, puso a todos en marcha.
(FIN)
Texto tomado y editado del blog: La Placenta del Universo
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