sábado, 23 de marzo de 2013

Patita


Era un perrito, rengo. Caminaba en tres patas, ya que una era más cortita. Su amo era un niño: Rilo. Diariamente Patita acompañaba a Rilo, hasta la cancha del barrio.

Rilo jugaba a la pelota con sus compañeros, y Patita se echó bajo un árbol. La sombra lo protegía, y se quedó dormido. El era un perro que siempre soñaba, pero ese día, tenía una horrible pesadilla: ocho tigres intentaban devorarlo.

De pronto, la pelota rodó hasta cerca del animalito. Rilo corrió a recuperarla. Como estaba cerca de Patita, pues estiró la mano y le acarició la cabeza. El perrito sorprendido, despertó súbitamente, imaginando que uno de los tigres lo atacaba. Patita en su desesperación, mordió la mano de su amo hasta que sangró. Los otros chicos gritaron: "Se ha vuelto rabioso" y comenzaron a apedrearlo. Patita corrió avergonzado.

En su huída, llegó hasta un arroyo, donde le salió al encuentro un perro que tenía una oreja partida y un ojo magullado. Patita preguntó: ¿Quién eres?. El otro respondió: Soy el perro del arroyo. Patita contó porque llegó hasta allí. El otro le dijo que si quería se quedase, que compartiría su comida. Le dijo además que le cambiaría de nombre, que le llamaría Nerón. Patita dijo: No, yo no me cambio de nombre.

Pasaron los días y el del arroyo, contó que tuvo un amigo, con el cual un día peleó. Se trenzaron en batalla. Se atacaron sin piedad. El otro le mordió la oreja y le aplastó un ojo. Pero el del arroyo, estaba a punto de ahorcarlo. En ese momento propuso que mejor se alejaban, y si alguna vez se perdonaban pues cada uno debería ir a ese lugar donde hay tres árboles de sauce y un melocotonero y esperar a que el otro llegue. Patita preguntó: ¿Y a vuelto?. El otro dijo: he visto florecer tres veces al melocotonero, pero no ha vuelto. El se llama Nerón, y agregó: Patita, te recomiendo que regreses a tu casa, estoy seguro que tu amo te espera.

Partió patita y en su camino se encontró con un perro viejito quien dijo: Alto, ¿eres perro?. Si respondió Patita, y a la vez preguntó: ¿Cómo te llamas?. La respuesta que obtuvo fue: Nerón.

Nerón era ciego y preguntó si estaba en el lugar donde hay tres sauces y un melocotonero. Patita le dijo que no, que eso quedaba más lejos. Nerón pidió que le llevara, ya que el estaba allí mucho tiempo y ciego no podía viajar. Patita le llevó y los dos amigos se reencontraron y chocaron sus cabezas y movieron sus colas y saltaban de alegría. Patita partió a casa de Rilo.

Vio a su amo, sentado en un muro delante de su casa. Tenía la cabeza mirando al suelo. Rilo pensaba: ¿dónde estará mi perro? ¿comerá? ¿a nadie le gusta un perro rengo?. Patita se iba acercando calladamente, de pronto puso su cabeza sobre las piernas del niño, este levantó la cabeza y dijo: ¡Patita, haz vuelto!. Y nunca más se separaron.

(Cuento de Javier Villafañe)

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